La diabetes y la obesidad (sobre todo cuando el exceso de peso es alto), son trastornos que, con el paso de los años y con cierta frecuencia, se relacionan en una misma persona.
Con relación a la diabetes, las consecuencias personales pueden ser diversas y pueden aparecer en el curso de la vida: aparición de problemas en la vista, el hígado, el riñón, etc., pero también pueden haberlas en mujeres jóvenes, como son ciertos problemas relacionados con la fertilidad (esterilidad, abortos, etc.).
Pero no son menos importantes los relacionados con la obesidad que, con frecuencia, la gente relaciona con trastornos en la dieta pero que, con frecuencia, pueden ocultar un problema diabético latente u otros problemas hormonales. De este problema físico se derivan, sobre todo en los casos extremos, consecuencias para su salud (problemas cardíacos, óseos, circulatorios, renales, etc.); pero también repercusión personal y social (efectos en la autoestima, problemas para realizar tareas tan normales higiene íntima, las dificultades para conseguir ropa adecuada, problemas en el transporte, el deporte, etc.). Otra consecuencia posible y que puede afectar a mujeres con un grado de obesidad no extrema es la que se relaciona con la fertilidad de estas mujeres. Sabemos que pacientes con un índice de masa corporal (IMC) superior a 24, tiene un incremento de esterilidad con prevalencias 1,3 veces superiores a la población normal. Cuando el IMC es superior a 32, la prevalencia es de 2,7 veces superior. Esto explica por qué en toda consulta de fertilidad el médico valora el IMC de las mujeres y plantea medidas para bajarlo cuando esto es necesario.
Durante el embarazo la diabetes afecta hasta un 10% de las embarazadas. Los riesgos, que no es momento para exponerlos, no son solo para la madre sino también para el embrión y para el feto.
Así pues, antes de planificar su embarazo se aconsejará la visita con el ginecólogo para hacer una visita preconcepcional (V.PC.) en tres circunstancias:
1.- Cuando la mujer sea diabética o cuando haya tenido una diabetes en el curso de un embarazo previo.
2.- Cuando tenga cierto grado de obesidad (un IMC superior a 24 puede dar lugar a que la mujer no se embarace o tenga una diabetes oculta).
3.- Cuando la mujer tenga problemas de fertilidad, haya tenido abortos previos o embarazos con bebés con algún tipo de defecto o malformación.
Durante la entrevista de la V.P.C., el médico pregunta acerca de antecedentes familiares de diabetes, problemas de fertilidad familiar, características físicas de la familia (obesidad familiar, constitución de los parientes más cercanos, etc.), problemas personales de la paciente como si, en el caso de que la mujer esté ya diagnosticada de diabetes, si ésta es de tipo I o II, si la diabetes se desarrolló solamente durante el curso de una gestación previa, si ha tenido problemas de fertilidad, si ha tenido abortos, si ha tenido un bebé con defectos congénitos o si lo ha habido en alguno de sus familiares. También valora los datos recogidos de un examen clínico, valorando el llamado “Índice de Masa corporal” (IMC), tamaño del tiroides, corazón, agudeza visual, características de los ovarios, etc.). Completará esta visita valorando los datos de una analítica de que le solicitará a la paciente (analizando no solo los niveles del azúcar y de la insulina en sangre, sino también la funcionalidad renal, el estado del tiroides, del corazón, de los ovarios, etc.).
El resultado final de esa visita será el que el médico habrá valorado de forma totalmente personalizada los riesgos que puede presentar un embarazo para esa mujer, considerando no solo los riesgos maternos sino también los fetales informando y orientando a las parejas sobre la manera de actuar en su caso.
En los casos más frecuentes la mujer deberá tener el “permiso” del médico para que se pueda quedar embarazada y eso ocurrirá cuando la enfermedad esté bajo control. Tengamos en cuenta que es necesario que durante la etapa de formación del bebé y después de su desarrollo los niveles de azúcar en sangre sean normales.
En ocasiones el médico puede contraindicar el embarazo. Estas circunstancias, excepcionales se dan cuando haya riesgo vital elevado para la madre o sugerir posponerlo cuando haya riesgos para el embrión, para el feto o para la madre mientras la diabetes no esté compensada.